sábado, 17 de mayo de 2014

El amor, un amante y el café





CANTATA DEL CAFÉ (1734) (Kaffekantate)

1 RECITATIVO
Narrador
Silencio, no habléis
y escuchad la historia.
El señor Schlendrian
viene con su hija Lieschen
a la que gruñe como un oso. 
¡Escuchad lo que ella le ha hecho!

2. ARIA 
Schlendrian
¿No son los hijos la causa
de cien mil preocupaciones? 
Diariamente se lo digo
a mi hija Lieschen,
pero no me hace caso.

3. RECITATIVO 
Schlendrian
Descarada niña, chiquilla obstinada.
¡Ah, cuándo me escucharás!
¡Aparta de mí vista ese café!

Lieschen
¡Padre, no seáis tan severo!
Si tres veces al día
no bebo mi tacita de café,
entonces me marchitaré
al igual que una cabra asada.

4. ARIA
Lieschen
¡Ah, qué agradable es el aroma del café!
Más sabroso que mil besos
y más dulce que el vino moscatel.
Café, café necesito tenerlo,
y quien quiera complacerme
que me regale café.

5. RECITATIVO
Schlendrian
Si no dejas de beber café
no irás a la boda
ni de paseo.

Lieschen
¡Bien!
Entonces déjame tomar café.

Schlendrian
¿Es que acaso eres una monita?
Ya no te regalaré
la falda de ballenas a la última moda.

Lieschen
 No me importa.

Schlendrian
¡Y ya no mirarás por la ventana
a los que pasean!

Lieschen
De acuerdo, pero, te lo suplico,
déjame mi café.

Schlendrian
De mi mano no recibirás
cintas de oro o plata
para adornar tu sombrero.

Lieschen
¡Sí, sí, déjame mi único placer!

Schlendrian
Lieschen, terca,
¿aceptas todo lo que te propongo?

6. ARIA
Schlendrian
Las muchachas obstinadas
no se dan por vencidas con facilidad.
Pero si se encuentra su debilidad,
¡oh! se pueden obtener grandes resultados.

7. RECITATIVO
Schlendrian
Ahora, escucha a tu padre.

Lieschen
Siempre, excepto en lo que concierne al café.

Schlendrian
Entonces debes aceptar
no tener jamás esposo.

Lieschen
¡Oh sí, padre mío, deseo un esposo!

Schlendrian
Te prometo que eso nunca lo tendrás.

Lieschen
¿Hasta que abandone el café?
Desde ahora digo adiós para siempre al café.
¡Padre mío, no lo beberé nunca más!

Schlendrian
Así pues, tendrás finalmente un esposo.

8. ARIA
Lieschen
¡Hoy mismo, hoy mismo,
querido padre, dámelo!
¡Ah, un esposo! ¡Un esposo!
¡Es justo lo que necesito,
y que sea pronto!
que a la hora de dormir,
en vez de café,
tenga un apuesto amante.

9. RECITATIVO
Narrador
El viejo Schlendrian marcha
para encontrar un esposo
a su hija Lieschen;
pero Lieschen, en secreto, se propone:
«Ningún pretendiente admitiré en esta casa,
hasta que jure y ponga en el contrato marital
que me autorizará,
siempre que yo quiera,
a prepararme un café»

10. CORO
Lieschen, Narrador, Schlendrian
No prohíbas al gato cazar ratones.
Las señoritas permanecen fieles a su café,
a la madre le gusta beberlo,
la abuela también lo probó, por tanto:
¿quién puede culpar a la hijas?

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domingo, 4 de mayo de 2014

Noches de Arabia (Miel)




El Amor

Es el amor. Preserva tus entrañas,
que la pasión no es fácil,
y todo lo que elige se consume,
aunque tenga razón.
Vive libre de él,
que la calma de amor es la fatiga,
dolencia es su comienzo, y muerte su final.
Para mí, sin embargo,
El morir por amor es un vivir,
y el favor se lo debo a aquel que amo.
Te doy estos consejos
conociendo muy bien qué es el amor,
pero si tú prefieres contradecirme,
elige por ti mismo lo que te plazca.
Si deseas vivir gozosamente,
muere mártir por él; s¡ no lo haces,
el amor tiene ya su propia gente.
Quien no muere de amor, por él no vive.
Y la miel no se puede cosechar
sin exponerse al daño de las abejas.

Autor: Ibn Al - Farid


¡Cuántas noches me han servido las copas
las manos de un corzo que me compromete!
Me hacía beber de sus ojos y de su mano
y era embriaguez sobre embriaguez, pasión sobre pasión.
Yo tomaba los besos de sus mejillas y mojaba mis labios
en su boca, ambas más dulces que la miel.
Nuestra jarra se prosternaba sin cesar, como si, tras pecar,
se hubiese dedicado al ascetismo.
Yo pasaba la noche con una luna llena,
aunque la auténtica estuviese ausente,
como si estuviese en el paraíso,
por los placeres
Me pedía que guardarse el secreto, mientras su mano
me servía de cojín y me mostraba la misma pasión que yo

Autor: ‘Alī ibn Abī l - Usayn



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El poema de amor más antiguo del mundo (Miel)




Un poema sumerio escrito por una joven a su rey

Amado de mi corazón
esposo amado de mi corazón.
Grande es tu hermosura, dulce como la miel.
León, amado de mi corazón, grande es tu hermosura,
dulce como la miel.
Tú me has cautivado,
déjame que permanezca temblorosa ante ti;
esposo, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti.
León, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Esposo, déjame que te acaricie;
mi caricia amorosa es más suave que la miel.
En la cámara llena de miel,
deja que gocemos de tu radiante hermosura;
león, déjame que te acaricie;
mi caricia amorosa es mas suave que la miel.
Esposo, tú has tomado tu placer conmigo;
díselo a mi madre, y ella te ofrecerá golosinas;
a mi padre, y te colmará de regalos.
Tu alma, yo no sé como alegrar tu alma;
esposo, duerme en nuestra casa hasta el alba.
Tu corazón, yo sé como alegrar tu corazón;
león, durmamos en nuestra casa hasta el alba.
Tú, ya que me amas, dame, te lo ruego, tus caricias, mi señor,
mi dios, mi señor protector, mi Shu-Sin,
que alegra el corazón de Enlil,
dame, te lo ruego, tus caricias, tu sitio dulce como la miel,
te ruego que pongas tu mano encima de él,
pon tu mano encima de él como sobre una capa-gishban,
cierra en copa tu mano sobre él
como sobre una capa-gishban-sikin.




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